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El torno de alfarero

Cuando se habla de cerámica rápidamente se asocia con el torno, es la herramienta por excelencia del ceramista, aquella con la que la mayoria de los ceramistas más disfrutan de trabajar, por su facilidad, por la comodidad y la simetria que se obtiene en las piezas trabajadas, aún con todo, existe un mundo más allá del torno, pero no hablaremos de ello aquí.

Cuando se ve a un ceramista experimentado trabajar da la impresión de ser una técnica sencilla, pero tras esa aparente facilidad en el uso se esconden muchas y muchas horas de práctica. Cuando se quiere aprender a tornear es importante tener en cuenta que conlleva tiempo, a menudo años hasta la obtención de la práctica necesaria para realizar todas aquellas piezas que se desean, lo cierto es que el sacrificio inicial, y la frustración que puede generar al principio, mediante la con constancia y el trabajo con el tiempo se transformará en bonitas piezas, esveltas formas y una gran facilidad y comodidad en el uso.

En las siguientes entradas se iran cubriendo los distintos aspectos y técnicas para trabajar con el torno, sin embargo, antes de ello, vamos a hablar de la herramienta en sí.

Los tipos de tornos más comunes en los talleres actuales:

  • Tornos Electricos
  • Tornos Manuales
    • Torno de rueda
    • Torno de pedal

Torno eléctrico

Hoy en día es el más común, tanto que incluso puede ser dificil encontrar otro tipo de torno.

Desde luego resulta el más adecuado a largo plazo, sus únicas desventajas posibles respecto a los tornos manuales son estas:

  • Son ruidosos
  • Precisan de energía eléctrica
  • Son caros y pueden llegar a romperse después de mucho mucho uso.

Al comprar un torno electrico por primera vez conviene tener en cuenta varias cosas, la primera de ellas es tener presente que es una inversión, que costará tiempo aprender. Teniendo esto claro, lo recomendable es adquirir un buen torno electrico, que pueda servir para un uso profesional. Por su precio, conviene revisar el mercado de segunda mano.

Si se quiere comprar uno nuevo existe algun modelo en el mercado de pequeñas dimensiones, para situar encima de una mesa, más baratos que los tornos de tamaño normal, no los recomiendo. Si no el primer día, el segundo, se quedará corto en potencia y corto en capacidad de carga. Por ello, resultan solo ligeramente útiles para piezas pequeñas, barros en estado muy blando, el retorneado de algunas piezas pequeñas y poco más. En definitiva, no valen la pena. Por otro lado, la diferencia de precio respecto a un torno de verdad no es tanta como para compensar sus carencias.

En todo caso existen diversas marcas, modelos y fabricantes de tornos electricos, lo imprescindible para que sea un buen torno es que tenga una regulación de velocidad continua y suave, a mi en particular no me importa tanto que pueda girar muy rápido como que pueda girar lentamente, y es esencial para trabajar bien que no pierda fuerza/velocidad al presionar el barro o trabajar con mucho barro.

Esto ya es más personal, creo que es muy comodo, que sea desembragable, ese decir, que el torno pueda girar libremente cuando está parado. Un alternador del sentido del giro no es imprescindible salvo que se sea zurdo y use el torno por el lado izquierdo.

Si se tienen dudas respecto a que torno adquirir lo mejor es preguntar a algún ceramista que trabaje con ellos o hacerlo en éste mismo foro.


Torno de rueda

Son divertidos de usar. Respeto a un torno electrico la velocidad de trabajo es mucho más lenta y resulta notablemente más dificil obtener piezas perfectamente simétricas, especialmente en piezas altas o paredes muy finas.

Que tienen de bueno? Es una herramienta histórica, digamos que son muy estéticos, bonitos de ver usar, y trabajar se convierte en un placer para los oidos, ya que no hacen los ruidos de los motores de los tornos eléctricos.

Torno de pedal

Es una variación del torno de rueda, el ceramista, en vez de dar patadas directamente a la rueda, las da a un pedal que hace de transmisor de fuerza a la rueda.

Torno manual de pedal. Llamado de Leach

Hay varios modelos de este tipo de torno, el más común es de Leach, otra variante es la de Saviac.

El único cerámista que conozco que trabaja a diario con un torno manual prefiere el de rueda al modelo de pedal. Al preguntarle el motivo de su preferencia dice que tiene más control sobre la velocidad con un torno de rueda que con uno pedal, a la vez, señala que no hay que tener siempre el pie en el pedal, y que por tanto, al no mover la pierna constantemente el resto del cuerpo no se mueve, resultando más estable el movimiento de las manos. Aún así, dice que si llevara tantos años trabajando un torno de pedal como años lleva trabajando el de rueda seguramente preferiría el de pedal.

Esta consideración respecto a las preferencias es algo a tener muy en cuenta, todos los que trabajan al torno, sea eléctrico o no, acaban acostumbrados a su torno y muy raramente al sentarse sobre otro torno diferente al suyo se encuentran tan comodos como con el torno que estan acostumbrados a trabajar. Esto sucede aún cuando ese torno pueda ser objetivamente mejor que el suyo: sufra menos vibraciones, tenga más potencia y una regulación más suave, tanto da, preferiran aquel con el que tengan la práctica diaria.

Con esto, sencillamente quiero decir que la mayoria de tornos de gama media-alta son perfectamente válidos, aún cuando tengan sus defectos o los haya ‘mejores’, el trabajo diario y la práctica harán preferir tu torno sobre otros. Al final, como muchos sabios dieron cuenta, el humano es un animal de costumbres.

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